En el mercado existen distintos tipos de soportes o bases para el colchón: somieres de láminas, bases tapizadas, canapés fijos o abatibles. Cada una de ellas tiene características propias que la hacen adecuada para un tipo u otro de colchón.
Mientras los somieres de láminas se caracterizan por su flexibilidad y transpirabilidad, haciendo que sean adecuados para todo tipo de colchón, con excepción de los modelos con muelles ensacados, las bases tapizadas destacan por su firmeza y una menor transpirabilidad, su superficie totalmente plana hace que sean adecuadas para colchones de muelles, muelles ensacados, espumaciones, pero no se recomiendan para colchones de materiales que necesitan una gran respiración. Por su parte, los canapés aportan un plus de diseño y almacenaje a nuestro equipo de descanso y la superficie de apoyo puede ser una estructura de láminas o una tapa rígida perforada o con tejidos transpirables.
En palabras de la Asociación Española de la Cama, Asocama, el somier: “es un elemento que por sus características determina y modifica el nivel de firmeza y confort del equipo de descanso”. Es fundamental elegir un somier adecuado para cada colchón, de este modo aprovecharemos al máximo todas las características y beneficios del colchón. También nos asegura una mayor durabilidad de éste. Con una base correcta podremos tener en perfectas condiciones nuestro colchón durante todo el periodo de su vida útil. Con un somier adaptado perfectamente al colchón conseguiremos una postura más saludable durante el descanso, nuestra columna estará en la posición adecuada.
Según sean nuestras necesidades de descanso, existen distintos tipos de somieres de láminas que permiten aprovechar al máximo nuestro colchón. Así, encontramos:
Para tener un buen descanso es fundamental contar con un buen colchón y una base adecuada para éste. Los somieres de láminas son una base perfecta para todo tipos de colchones con excepción de los colchones de muelles ensacados, para este tipo se recomienda una superficie de apoyo lisa y compacta, como pueden ser las bases tapizadas o los canapés con tapa perforada. (Nota: el fabricante especialista en muelle ensacado Sonpura, sí garantiza que sus colchones puedan apoyarse, con igual rendimiento y durabilidad, sobre somieres de láminas).
La principal característica que aporta un somier de láminas al colchón es que le deja respirar, de ahí que sea una base perfecta para los colchones menos transpirables, estos son, los de núcleo de espumación HR, los de núcleos de látex o los que contienen en su acolchado una gruesa capa de viscoelástica. En estos modelos, el somier de láminas nos ayudará a evitar humedades.
Los colchones de muelles son los más transpirables, por lo que no necesitarán de un somier de láminas para mejorar su respiración. Sin embargo, con este tipo de bases siempre y cuando cuenten con reguladores biláminas podremos añadirle adaptabilidad al colchón, restándole firmeza. Esto también lo podremos hacer para el resto de materiales.
Los somieres articulados son únicamente válidos para los colchones articulables en su mayoría con núcleo de látex o con núcleo de espumación HR con un acolchado de 4 o más cm de viscoelástica. Los colchones de muelles en su gran mayoría, por no decir todos no se pueden articular. El muelle puede romperse y perder sus propiedades de firmeza. Una excepción es el colchón Sensium de Pikolín, cuya construcción es en muelle ensacado.
Si queremos que el somier ejerza verdaderamente como un amortiguador en las presiones excepcionales sobre el colchón, por ejemplo, cuando los niños saltan sobre la cama o nos sentamos bruscamente, es importante que cada lecho cuente con sus láminas transversales independientes, como el somier SM26R de Pikolin
Hoy en día existe una tendencia creciente a dormir sobre el colchón directamente en el suelo. Son muchos los motivos que llevan a tomar esta forma de descanso, entre ellos: la creencia de que disminuye los dolores de espalda, mejora la circulación sanguínea, evita la caída de los niños, seguir patrones de diseño zen. Sin embargo muchas de ellos no son del todo correctos. Además con esta práctica el colchón sufre y no disfrutamos al máximo de sus beneficios para el descanso. Reducimos su durabilidad y adaptabilidad.
El somier dota de muchas funcionalidades a nuestro equipo de descanso. Nos ayuda a evitar humedades, prevenir infecciones por la suciedad, evitar el frío, pero sobre todo dota de estabilidad al durmiente. Un somier adecuado a cada colchón le dota de la firmeza, elasticidad, adaptabilidad y transpirabilidad necesaria para poder disfrutar de un descanso saludable y reparador, en función de los gustos y necesidades de cada durmiente. Nos permitirá jugar con los grados de firmeza del colchón. Un ejemplo, si eliges un colchón duro, puedes apoyarlo sobre un somier de láminas, su mayor flexibilidad permite que no sumes más dureza a tu colchón.
Un somier de láminas ofrece grandes prestaciones a tu equipo de descanso:
Transpirabilidad: el colchón respira perfectamente y se evita así la condensación de humedades que estropean la pieza y pueden provocar malos olores.
Firmeza adaptable: en los modelos que cuentan con reguladores biláminas puedes jugar con ellos para elegir el grado de firmeza y adaptabilidad que prefieras. Si además cuenta con dos zonas independientes, cada durmiente podrá optar por su propia firmeza.
Adaptabilidad, elasticidad y recuperación: las láminas de madera confieren resistencia al somier y al ser elásticas hacen de él, una base flexible.
Zonas de descanso diferenciadas: En los modelos más avanzados tecnológicamente, contarás con distintas zonas de refuerzo que permitirán una posición más saludable y evitarás presiones en puntos como la cadera, hombros, lumbares.
Descanso sin ruidos: Muchos modelos de somieres incluyen sistemas que reducen el ruido a la hora de cambiar de postura durante las horas de descanso.
Independencia de lechos: en los somieres que cuentan con barra central y dos zonas diferenciadas de láminas, se evita la transmisión de movimientos, creándose dos zonas de descanso totalmente diferenciadas.
Durabilidad: los somieres de láminas cuentan con una gran durabilidad gracias a su estructura metálica y la resistencia de las láminas. Al cambiar de colchón cada diez años, no tienes por qué cambiar de somier.