Juan Francisco de Teruel nos escribe para consultarnos una duda que tiene sobre los colchones. Nos dice que ha leído que algunos colchones tiene resiliencia, pero no sabe exactamente qué significa la resiliencia de un colchón.
En el mundo del descanso hay muchos tecnicismos que se emplean para definir las características y propiedades de los colchones. Concretamente cuando nos referimos a la resiliencia de un colchón, estamos hablando de la capacidad que tiene dicho colchón de recuperar su forma original una vez que se elimina el peso que se ejerce sobre él.
Los materiales que tienen esta capacidad de resiliencia o efecto memoria, como también se denomina, son las espumaciones de alta densidad o HR, la viscoelástica y el látex. Al tumbarnos sobre alguno de estos colchones, notamos que nos acoge con suavidad, que se amolda a nuestro cuerpo. Nos ofrecen una gran adaptabilidad. Al levantarnos podemos observar por un periodo de tiempo que el colchón muestra la forma de nuestro cuerpo. Poco a poco estas formas desaparecen y el colchón vuelve a mostrar su forma original.
Esta resiliencia es lo que dota a los colchones de gran adaptabilidad. Acoge nuestro cuerpo y se amolda a él, para evitar puntos de presión, lo que favorece la circulación sanguínea y permite que nuestra espalda repose en posición correcta. Podemos ver este efecto resiliencia de un colchón en este vídeo del canal de Youtube de Colchones.es en el que os explicamos por qué se dice que la viscoelástica da calor.
A mayor grosor de la capa de viscoelástica, mayor densidad de la espumación o cuando el látex es más natural, la adaptabilidad es mayor.
Los colchones de muelles tiene una resiliencia menor. El muelle no es tan adaptable y ofrece una mayor resistencia, una mayor firmeza y menor adaptabilidad. Pero si le añadimos capas de acolchado, ya sea de espumación, viscoelástica o látex, favorecemos su adaptabilidad y añadimos resiliencia al colchón.
Es importante mantener la capacidad de resiliencia de un colchón. Esto alarga su vida útil y nos permite disfrutar al máximo de su adaptabilidad. Para evitar que los colchones de espumación, látex o viscoelástica pierdan su efecto memoria, es necesario, girarlos de pies a cabeza cada dos o tres meses. Además debemos voltearlos de arriba a abajo dos veces al año, en el caso de que estos compuestos estén presentes en ambas caras del colchón.
Los colchones de muelles, a pesar de que tienen una resiliencia menor, también hemos de girarlos, de este modo evitamos que siempre sufra la presión del peso del durmiente la misma zona, es decir los mismos muelles. Además los voltearemos cuando estén acolchados por ambas caras.
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