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Elimina la suciedad de la almohada

La higiene es fundamental para disfrutar de un buen descanso. En el post de hoy te explicamos cómo eliminar la suciedad de la almohada. Es importante seguir las instrucciones del fabricante. Según el tipo de almohada la limpieza es distinta.

Una almohada sucia tiene riesgos para tu salud y tu descanso. Es importante mantener el equipo de descanso en buenas condiciones. En Colchones.es te damos consejos sobre cada cuánto tiempo lavar las almohadas, cómo hacerlo, cómo eliminar las machas amarillas… Descúbrelos en este artículo.

Los riesgos de una almohada sucia

En nuestras rutinas de limpieza, deberíamos incluir la de nuestras almohadas y lavarlas cada dos o tres meses, ya que al margen de las manchas que puedan aparecer exteriormente, la almohada está expuesta a bacterias y ácaros. Cada día al hacer la cama, es bueno sacudirla y airearla para eliminar en la medida de lo posible, el polvo que se haya podido acumular durante la noche.

Las almohadas de baja calidad o que no han recibido un tratamiento higiénico adecuado, pueden acabar albergando fácilmente un nido de ácaros (microrganismos perjudiciales para los alérgicos), acumular cada vez más suciedad e ir volviéndose amarillas con el tiempo.

Por ello, es muy importante que compremos almohadas que hayan recibido un buen tratamiento protector e higiénico, que nos proteja de alergias, bacterias y ácaros que puedan afectar a nuestra salud. En Colchones.es contamos con un gran catálogo de almohadas de calidad.

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Dicho esto, además hay que lavar y cambiar la funda de la almohada cada cierto tiempo. Es importante asegurarse de que nuestra almohada permanezca en las mejores condiciones y renovarla cuando haya perdido propiedades y nos sintamos incómodos con ella.

La vida útil de una almohada suele ser de dos años, cuando notéis que os levantáis con dolor de cabeza, cervical, espalda… puede que toque cambiar la almohada y no sea culpa del colchón.

Otro consejo más, si transpiras mucho por la noche, lo mejor es proteger la almohada con una funda protectora de almohadas, si es de una tela fresca y transpirable como el algodón mucho mejor. Si al despertar, notáis que la almohada está mojada o húmeda, quitar la funda inmediatamente y dejarla al aire. Para que se airee, seque y no se acumulen humedades y olores.

Cuándo hay que lavar las almohadas

Es importante lavar las fundas, sábanas y almohadas periódicamente para evitar humedades y la proliferación de ácaros, bacterias o hongos que son perjudiciales para nuestra salud y para nuestro descanso.

En el caso de las almohadas, dependerá mucho de lo que sude el durmiente, pero deberíamos hacerlo -como mínimo- una vez cada 3 meses. En verano solemos sudar más cuando dormimos, sobre todo en las noches extremadamente calurosas. De ahí que es más conveniente lavar las almohadas y sus fundas más asiduamente para evitar que la humedad y los olores impregnen la cama.

Cómo lavar las almohadas

Como puedes ver en nuestro catálogo, son varios los tipos de almohadas, según el material en el que están fabricadas. Así encontramos principalmente las almohadas de látex, almohadas de fibras, almohadas de pluma y/o plumón, almohadas viscoelástica. Según sea su composición, los cuidados y la limpieza será distinta.

En contra de lo que se suele decir, no siempre lavar las almohadas va a ser la mejor solución en algunos casos. Muchas veces más vale proteger y cuidar tus almohadas mediante unas buenas fundas protectoras de almohada, que tratar de lavarlas con agua, con el riesgo de que puedas dañar el material, que no recupere ya su forma original o que la humedad favorezca la aparición de bacterias y microorganismos en su interior.

Algunos fabricantes recomiendan lavar las almohadas de látex y visco. En Colchones.es no te recomendamos lavar tus almohadas de estos materiales. Independientemente de que la lavemos en máquina, de forma segura y con la temperatura adecuada, el mayor riesgo está en la dificultad para secarlas correctamente. Sí que se puede lavar en estos casos la funda de la almohada. Sólo en el caso de las almohadas de fibras es importante que las lavemos, ya que hablamos de un material completamente natural.

Una almohada que ha sido lavada y condensa humedades tiende a perder sus propiedades, ya que no llega a secarse del todo, y eso favorece también la aparición de microorganismos que pueden dañar el material, afectar a su durabilidad o provocar mal olor.

Consejos generales sobre lavado de almohadas

Para conservar en perfectas condiciones de uso tus almohadas os damos algunos consejos generales de limpieza y mantenimiento.

  • Podemos meterla en la lavadora, con un centrifugado corto, o en modo sin centrifugado. La razón es que el centrifugado puede dañar el material.
  • También es recomendable lavarlas a temperatura baja, en torno a los 30-40º, pero siguiendo siempre las indicaciones que nos haga el fabricante.
  • Se recomienda evitar los detergentes con cloro o en polvo que puedan dañar el material de tu almohada.
  • Si tu lavadora tiene un modo para “prendas delicadas”, es conveniente activarlo cuando se trata de almohadas de fibra.

Consejos de un experto en limpieza

A continuación os vamos a dar algunos consejos de la mano de todo un experto en limpieza, Pablo Cartagena, responsable de la cadena de lavanderías autoservicio.

Él nos recomienda, al igual que responde a sus clientes, cuando le preguntan cómo lavar las almohadas, que es muy importante mirar la etiqueta. En ésta, el fabricante suele dar instrucciones para el lavado de la pieza y su mantenimiento, con el fin de que mantenga su calidad y cualidades al máximo.

Nos cuenta cuáles suelen ser estas condiciones según el tipo de almohada:

  • Almohadas de viscoelástica

Este tipo de almohadas no pueden lavarse, en caso de hacerlo este material perdería sus propiedades de adaptabilidad y su efecto memoria que le hace recuperar la forma una vez que el peso sobre ella ha desaparecido.

Lo mejor es no lavar el núcleo de la almohada, debe protegerse con una funda con cremallera y la funda habitual del juego de sábanas, son estos dos protectores los que lavaremos. En verano es conveniente hacerlo con frecuencia.

  • Almohadas de látex

Si el fabricante no indica que se puede lavar a máquina, la mejor limpieza será el lavado a mano.

  • Almohadas de fibra

Son las de más fácil limpieza, ya que en su gran mayoría aceptan el lavado a máquina y a mano.

  • Almohadas de plumón y pluma

Pueden lavarse por norma general tanto en la lavadora como a mano, pero en el caso de hacerlo a máquina, debe prestarse especial atención a los cosidos, pues de no estar en perfecto estado, nos arriesgamos a que se salga el relleno.

Si se realiza el secado en secadora, es recomendable añadir un par de pelotas de tenis para evitar que se apelmace el relleno.

Con respecto a los productos que debemos utilizar en el lavado, Pablo nos aconseja que sean suaves y que se usen en poca cantidad para facilitar el aclarado.

Si el lavado se hace a máquina, debe utilizarse un programa para prendas delicadas y un centrifugado a bajas revoluciones. Las lavadoras siempre se llenarán a media carga para evitar daños.

Un último consejo que nos da nuestro experto en coladas, cuando se realice un lavado de una almohada con agua, es importantísimo que el secado sea completo.

En el caso de volver a enfundar una almohada mientras mantenga algo de humedad en su interior, nos exponemos a la aparición de moho, lo que nos obligaría al cambio de almohada por la dificultad que conlleva eliminar el mismo.

Cómo secar las almohadas

Como señala Pablo Cartagena, el secado de las almohadas es muy importante. Si dispones de secadora, lo ideal es secar tu almohada a la temperatura mínima.

En el caso de que la vayas a secar al aire libre, lo recomendable es que la gires con frecuencia para que se seque bien por todos los lados. Otra opción es dejarla sobre una toalla que ayude a absorber el agua. Trata de moverla para asegurarte de que recupera su forma original.

Almohadas con manchas amarillas

Que nuestras almohadas adquieran feas manchas amarillentas es muy normal, hay que tener en cuenta que es algo que usamos a diario y que está en contacto directo con nosotros, por lo que es lógico que el sudor, la saliva y el propio roce con nuestro cuerpo dejen huella.

Dejar las almohadas en lugares donde estén continuamente recibiendo la luz del sol, también puede provocar que su blanco característico vaya desapareciendo y acaben volviéndose de un tono más amarillento.

El problema es que estas manchas suelen ser muy difíciles de eliminar y nos han causado más de un quebradero de cabeza al comprobar que tras varios lavados, siguen sin desaparecer. A esto tenemos que sumarle que polvo, ácaros y bacterias también se van acumulando en nuestras almohadas, por lo que una buena limpieza de vez en cuando es fundamental.

Blanquear la almohada

Antes de empezar, es importante comprobar los materiales con los que está fabricada tu almohada para asegurarnos que durante el proceso de limpieza no haya riesgo de estropearla o causarle algún daño.

Ingredientes para elaborar el blanqueador

Tras revisar esto, prepararemos una mezcla casera que actúa como un potente blanqueador, necesitaremos lo siguiente:

  • 12 tazas de agua, equivale aproximadamente a unos 3 litros.
  • Media taza de zumo de limón que son unos 125 miligramos.
  • 1 taza de agua oxigenada, unos 250 miligramos.

Una vez preparada esta mezcla, la ponemos en un recipiente y le añadimos los siguientes ingredientes:

  • 1 taza de detergente para la ropa.
  • Taza de detergente de lavavajillas en polvo.
  • Media taza de bórax (Es un cristal blanco y suave que se disuelve fácilmente en agua y que se utiliza para la composición de detergentes).
  • Agua caliente.

Ya añadidos todos los ingredientes, hay que removerlos bien para que se integren correctamente.

Lavar las manchas amarillas

Si podemos lavar nuestra almohada en la lavadora, la introducimos con un ciclo de agua caliente y programamos 2 enjuagues, para asegurarnos que la limpieza es completa, y por ultimo añadimos la mezcla que hemos preparado.

Si tras leer la etiqueta de nuestra almohada, comprobamos que no podemos lavarla en la lavadora, podemos hacerlo a mano, introducimos la almohada en un recipiente con agua fría y añadimos una taza de la mezcla blanqueadora casera que hemos indicado anteriormente, la dejamos a remojo unos 5 minutos y por último la enjuagamos delicadamente con agua tibia.

¿Puedo dejar el pijama debajo de la almohada?

Seguro que en más de una ocasión te han hecho esta pregunta, o la has hecho tú cuando has dormido en alguna otra parte. ¿Puedo dejar el pijama debajo de la almohada? Lo cierto es que un hecho aparentemente limpio y ordenado puede no resultar tan recomendable, si nos paramos a analizar lo que ocurre con nuestro pijama cuando lo doblamos y colocamos bajo la almohada.

Por qué no es recomendable dejar el pijama debajo de la almohada

Tener el pijama debajo de la almohada es una costumbre de muchas personas. Lo hacen por comodidad, porque les han enseñado a hacerlo así o porque de esa forma lo tienen más a mano a la hora de irse a dormir.

La cuestión es que este pequeño gesto, aunque pueda parecer muy higiénico y ordenado, puede ser enormemente contraproducente. Debemos tener en cuenta que cuando dormimos, la ropa puede adquirir humedad y mal olor que puede traspasarse de unos tejidos a otros.

Dejar el pijama bajo la almohada, aunque esté bien doblado, puede hacer que las bacterias y microorganismos se traspasen de un lado a otro, haciendo que tu almohada también se humedezca y/o tenga mal olor.

Como ya hemos dicho en otras ocasiones, lo mejor para una almohada es generalmente permanecer completamente seca, incluso si el fabricante nos indica que se puede lavar, como es en el caso de las almohadas de fibra. Si tu almohada se llena de humedad debido a que has colocado un pijama usado debajo, es muy fácil que se vaya deteriorando y perdiendo sus propiedades, además de que luego tenga un tacto húmedo que no resulta nada agradable para dormir ahí.

¿Dónde debería dejar el pijama después de dormir?

Siempre es deseable lavar o sustituir los pijamas muy a menudo, aunque es verdad que sólo los tenemos puestos unas horas por la noche. Tengamos en cuenta también que por las noches de verano es más fácil que podamos sentir calor y que tendamos a sudar más si no hay una temperatura adecuada en la habitación. La humedad, las bacterias y los gérmenes en la cama por falta de higiene pueden provocar enfermedades.

Si vamos a reutilizar el pijama la noche siguiente, el mejor lugar para colocarlo es sin duda colgado y extendido. Puede ser en una percha, en la cuerda de la ropa, en un tendedero… como prefieras, pero ponerlo de un modo que se pueda airear. Y, por supuesto, no volvérnoslo a poner sin lavar cuando el sentido común nos dice que es imprescindible lavarlo.

Te habrá pasado seguro alguna vez que dejas un pijama arrugado en algún sitio de la habitación, y luego resulta que a la hora de la siesta está igual de húmedo que antes. La razón es que al no airearse correctamente le resulta más difícil secarse y las bacterias se traspasan de un lado a otro del tejido. Lo ideal, por tanto, es la máxima aireación para que tu pijama esté seco cuando lo vayas a usar. Y, sobre todo, mantenerlo lejos de otros tejidos a los que se pueda traspasar la humedad.

Tengamos en cuenta que también da un poco igual que coloques el pijama encima o debajo de la almohada, el efecto va a resultar igualmente contraproducente, tanto para la almohada, como para las sábanas que estés utilizando. Cuélgalo de alguna percha, preferiblemente fuera del armario y sustitúyelo o lávalo en la lavadora con frecuencia.

Si necesitáis algún consejo sobre la limpieza o mantenimiento de vuestros equipos de descanso no dudéis en llamar a nuestro teléfono gratuito 900.701.086, nuestros expertos en descanso os atienden de lunes a viernes de 8 am. a 20 pm.

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